Hola! Me ausenté el mes pasado… Y es porque vengo trabajando en un par de artículos, dos de hecho: uno sobre backrooms y otro sobre la música electrónica como disciplina (enfocándome en lo contemporáneo), pero eso es una conversación para otro momento.
Escribo sentado en mi cuarto, en frente del monitor que tengo conectado a mi laptop que uso como principal (rara vez veo el de mi laptop). A mi lado tengo dos libros que estoy leyendo: Realismo Capitalista de Mark Fisher y Escrbir en el Agua de John Cage. Ambos comprados hace relativamente poco. Ambos comprados impulsivamente y en parte gracias al apoyo de Valentina, a quien he frecuentado mucho estas semanas, y el poder de una frase suya: “si hay algo en lo que estoy dispuesta a gastar mi dinero es en libros”. Mucha razón, pero ahora cierro los ojos cada vez que entro a la app de mi banco.

Como todas las semanas, vengo con una idea en mi mente: traer recomendaciones musicales. Sin embargo, en los últimos meses he encontrado un patrón, una categoría a la que he estado atado por un tiempo y de la que no puedo escapar. La música electrónica. La música electrónica en el más amplio sentido. Daft Punk, Klaus Schulze, Wendy Carlos, Skrillex, Manuel Göttsching, Dengue Dengue Dengue. Y es que es un género que ha demostrado mucho potencial, en parte por creatividad de las personas dentro de la disciplina, en parte por la propia naturaleza del género musical. No me voy a cansar de citar a Sophie en una entrevista que tuvo para Arte TRACKS. Te recomiendo que la veas completa, porque pone en evidencia la intención y proyección que ella tenía para con su música en particular y la música pop en general (comienzo a creer que estas etiquetas para categorizar los géneros musicales son obsoletas), pero te traduzco tres pedacitos que me gustaron mucho:

Intento imaginar un mundo hyper real de sonido (…) Sonidos que caricaturizan y exageran sonidos que ocurren natural u orgánicamente, y materiales que no existen en la actualidad. Por ejemplo, un piano que es del tamaño de una montaña, e imaginar cómo sonaría un piano si las cuerdas fueran así de grandes.

Tienes la posibildad con la música electrónica de generar cualquier textura, en teoría, cualquier sonido.

Hay mucho trabajo que poner, socialmente, culturalmente, en la brecha entre donde estamos ahora, y donde podríamos estar, y los lugares a los que nuestra imaginación nos puede llevar, son tan lejanos a lo que se nos presenta la mayoría del tiempo (…) No me puedo emocionar tanto de lo que está pasando ahora, estoy emocionada por lo que debería estar pasando en el futuro.

Mientras visitábamos librerías con Valentina, me di cuenta que no habían libros de música electrónica dentro de la sección de Música en las librerías (la cual ya de por sí es bastante limitada). ¿Será que, como categoría arbitraria bajo la que catalogamos determinados sonidos, es aun muy joven como para que la tratemos en serio ¿Será que aún no se ha “ganado su lugar” en la historia de la música? Ni idea, no vengo a responder preguntas así. Lo que sí vengo a hacer es proponerte una lectura distinta de la música electrónica, una que te permita sentir algo más que el buen punchis punchis.

Así es, vengo a proponerte álbumes para que te tomes en serio la música electrónica, así de grande es mi amor por los aparatos de síntesis por modulación de frecuencias. Me encanta que puedas formar y deformar a gusto; crear estucturas concretas a partir de lo ridículo (Sophie); que hayan álbumes en los que l@ autor@ se toma su tiempo en construir, plasmar, y dosificar tensión (Kelly Lee Owens, Aisha Devi), pero que tambíen haya álbumes en los que se revitaliza y atrapa la nostalgia (saltyk0va, Satin Sheets); álbumes conceptuales de época, pero de una época imaginaria (Clarence Clarity, Elysia Crampton), y también álbumes de antología (Visceral Minds); álbumes que usan el mainstream y lo popular dentro del mismo para plasmar música de autora (Arca), pero también álbumes que proponen pequeñas ideas y las implementan dentro de este mainstream (lau.ra).

No me entiendas mal. Hay muchos artistas que son vistos como visionarios dentro del género: Daft Punk, por ejemplo, o los Chemical Brothers, pero me cuesta encontrar un equivalente en los 2010s. En un intento por hacer que álbumes que me encantaron lleguen a tus oídos, acá van las recomendaciones!

Zora Jones - Ten Billion Angels

Zora Jones es una artista interdisciplinaria. Produce y masteriza su música, pero también hace sus visuales. Lo que aprecio mucho de su arte es lo consistente que se siente: junto a Björk, y Arca, es de las artistas cuya producción visual y sonora comunican una misma sensación. Por ejemplo, mira la portada del álbum. No, mejor: mira los visuales que tiene la primera canción del álbum, Shadows to the Light:

Personas flotando en medio de una sustancia viscosa, que refleja mucho la luz y al hacerlo ciega, sublima la visión del espectador. O toma la segunda canción, Paranoid, también con visuales (como, de hecho, todo el álbum):

El mismo elenco de personajes y elementos, pero esta vez en un fondo negro con violeta. La voz de Jones picada, frita, y regurjitada encima de sí misma, puesta al lado de lascerantes golpes de tarola que ascienden y descienden.
Es como meter tu cabeza dentro de una cubeta de agua, pero en agua cuyo índice de refracción varía para cada gota presente. Una realidad de fractales refractantes y reflejantes, dentro de los que puedes vislumbrar un rayo que transmite colores pastel (Shadows to the Light, Waiting for Your), pero también uno que transmite tintes lilas y verdes, ambos tendiendo hacia el negro (Sister’s Blade, Low Orbit Ion Cannon).
Ten Billion Angels, en específico, y la destreza de Jones dentro del diseño de sonido, en general, es, como mencioné en ediciones pasadas, una escultura angular con bordes que apuntan hacia direcciones random, brillante, con voces estiradas, comprimidas, y saturadas que dan la impresión de ser reflejadas en una superficie cristalina como pelotitas de ping pong. Toda este despliegue escénico, sin embargo, dentro de una estructura conocida: aquella del tempo 4/4, la electrónica accesible. Hay algun@s artist@s que toman un acercamiento más bare bone, más flaco en instrumentación, como por ejemplo…

Caterina Barbieri- Spirit Exit

Este es el primer álbum de Caterina Barbieri que escuché, y creo que la primera canción es una declaración de intenciones: una mezcla entrelazada de capas densas, brillantes de sintetizadores, que al mismo tiempo se sienten tan modulares que se sacan de una canción y se ponen dentro de otra (por ejemplo, en At Your Gamut, y Terminal Clock con una de las múltiples melodías). Las capas de sintetizadores arpegiantes se intentan desatar una de la otra, pero en el intento crecen, se achican, y colapsan dentro de sí, entreverando aún más esta red y causando que se mezclen hasta el punto que unas se filtran dentro de otras (por ejemplo, de manera sutil, en Knot of Spirit una melodía sintéticamente orgánica, descendente, serena, se filtra dentro de Broken Melody, transformándose en una fuerza mayor, mordaz, casi hiriente).

En el comunicado de prensa de cuando salió el álbum, se menciona la influencia de muchas artistas dentro del proceso creativo de Barbieri: El Castillo Interior de Santa Teresa de Jesús, las teorías posthumanas de Rosi Braidotti, y quien creo veo bastante influencia, la poesía de Emily Dickinson. Citando el mismo poema que se menciona es influyente en la última canción del álbum, The Landscape Listens, Hay una cierta inclinación de luz:

Hay una cierta inclinación de la luz (…)

Cuando llega, el paisaje escucha

las sombras contienen el aliento

La paz, tranquilidad, y hasta esperanza que me transmite Spirit Exit, es contraria a los álbumes en los que se plasma furia o angustia, y se utilizan estructuras metálicas para de alguna forma transmitir y contener esta furia, como es el caso de, por ejemplo…

Against All Logic - 2017-2019

El alter ego de Nicolás Jaar, Against All Logic, es una traducción al género house o club deconstruido de la jungla de texturas y colores características de Jaar. En 2017 la colección 2012 - 2017, una colección de canciones aisladas, me deslumbró con sus océanos de ensueños, esperanzas, y nostalgia, en las que Jaar se autoreferencia.

Esta nueva compilación tiene la misma estructura pero un tono más sombrío, angustiado. Previo a su lanzamiento, Jaar compartió una carta en la que expresaba que el álbum era una reflexión de su frustración al intentar de desconectarse y desintoxicarse de sus propios demonios y vicios, y fallar en el intento. Producto de ello, pasajes de claridad se contraponen con gigantes estructuras de ansiedad y paranoia. La angustia de Fantasy contrapuesta con la intensidad de If Loving You Is Wrong, la cual a su vez sirve como puente hacia With An Addict, la desactivación, o quizá en mejores palabras, la canalización, de la abrumante energía construida hasta el momento. Energía que está en constante estado de transformación, como cuando me pedían transformar la energía cinética a potencial en física, pero las transformaciones parecen inagotables. La transición entre la bestia sónica que presenta Alarm se doma y se presenta elegantemente en Deeeeefers, solo para ser elevada a un estado de trance en Faith, y no voy a hablar de la última sección que reinventa el Endless Summer de Fennesz.

Jaar se puso a estudiar muy bien sus influencias, porque prestando de la pesada herencia de Aphex Twin, y arrebatando de los inconsútiles sampleados de DJ Shadow, el paisaje solitario que este álbum construye es digno de ser apreciado y revisado.

Este proyecto de Jaar creo es más dirigido al dancefloor, es punchis punchis molesto, el autor se moldea a las circunstancias. Hay otros álbumes en los que la autora se pone por encima de las circunstancias, toma ventaja de ellas y las utiliza como instrumento para transmitir su estilo. Este es el caso de, por ejemplo…

Arca - KiCk i

Nota: Escribí esta reseña en septiembre de 2020, cuando aún no habían salido los demás Kicks.

Doña Arca ha vuelto con su primer cuerpo artístico desde su álbum homónimo en 2017. Como buena hija del reggaetón de los 2000s, ella ha cultivado un vivero de sus raíces latinas en el patio trasero del mundo de estructuras violentas y amébicas que coexistían en armonía en Baron Libre o en Xen, y su vivero ha dado frutos.

KiCk i, el primero de esperemos varios álbumes con este nombre, es reggaeton amorfo, latin que flota en el tiempo, sin estructura ni dirección: no sabes qué va a pasar en la siguiente canción, o siquiera en la siguiente sección de la canción, y eso es, en mi opinión, un respiro de aire fresco al género, porque sí, considero que este álbum es reggaetón, y del reggaetón más interesante y abstracto del 2020. Por ejemplo, Mequetrefe es una canción genérica de reggaetón que se sumerge en la salvia negra que es la producción de Arca, para luego simplemente reanudar su ritmo como si nada hubiera pasado. Y algo parecido pasa con KLK, una colaboración con Rosalía en la que su voz no es más que ambientación de fondo, codeándose con los sintetizadores desafinados y percusión.
Pero Arca también se pone emocional. En Calor le canta a su musa mientras la producción vibra a su alrededor; mientras que en Afterwards colabora con una Bjork que canta en español (algo que nunca pensé que pasaría). Machote, por otro lado, es una reinterpretación de Quiero una Chica de Latin Dreams, homenaje a la cultura latinoamericana de los 2000s. Una interpretación litúrgica, nostálgica y en desamor.

De lo más interesante del álbum, en mi opinión, son los comentarios que hace Arca sobre su estética musical. Desviándose un poco de su exploración del reggaetón, Watch, con Shygirl, es un baile uno a uno entre la voz de Shygirl y una alarma malograda. Esos dos elementos son más que suficiente para construir un sinfín de variaciones que me encantaron. Y por otro lado, pero en un estilo parecido, la colaboración entre dos de las productoras más creativas de la década pasada y tranquilamente de este siglo, La Chíqui, con Sophie, usa la voz de Arca y la sella en la producción, mientras que SOPHIE divaga en pensamiento en los coros.

Que Arca haya decidido explorar sus raíces latinas me parece notable, pero que haya podido moldear su estilo característico tan bien, y encima haber propuesto posibles direcciones nuevas hacia dónde ir, me parece maravilloso.

Foto de Aphex Twin para terminar esta edición

Esos fueron los álbumes de este mes! Considero que hay muuuucho que hacer dentro de la electrónica, y hay algun@s artist@s de los que no hablé que considero están haciendo cosas bastante interesantes, como por ejemplo Dengue Dengue Dengue, Lotic, y todo ese círculo de productores que viven en Berlín, pero espero te pueda haber convencido que hay cierta belleza en la curación de ondas sintéticas, en la interferencia constructiva y destructiva que crean l@s productor@s a demanda para traducir las ideas que tienen en su cabeza, cuya creatividad y destreza, cual moldeado de arcilla en base giratoria, van moldeando su trabajo.

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