Iglooghost
Chinese Nü Yr
El primer lanzamiento oficial de Iglooghost (o por lo menos el primero que salió oficialmente en Spotify/Apple Music). Iglooghost deslumbra un mundo comprimido, principalmente rosado (como ilustra su portada), en el que hay un mundo de protagonistas, los cuales van rotando y variando con respecto a su protagonismo: a veces es un sutil sub-bajo, presente en la mayoría de canciones; a veces es un coro de voces que parece están desafinadas pero que han sido forzadas a estarlo; a veces son pequeños bocetos de voces, cuyas intensidades y pronunciaciones son diferentes, sí, pero cuyo origen se puede trazar más o menos al de un mismo “narrador” (quizá sea la representación de Iglooghost como fabricante) de las texturas?).
La dupla de canciones Mametchi/ Usohachi es una subversión de la dinámica de policía malo/bueno dentro del microverso de Iglooghost. Y quiero hacer un énfasis en la palabra microverso acá. Cuando Sophie dijo que parte de su proceso creativo era imaginar cómo sonaban los escenarios más ridículos (por ejemplo, mencionó, un piano del tamaño de una montaña), quizá en parte se refería al imaginario de Iglooghost: diminuto pero efervescente, agudo pero resonante. Por un lado, un mar de voces que están haciendo un esfuerzo colectivo por no ahogarse en las frecuencias bajas que ocupan gran parte del escenario; por el otro, quien creo que es Mr. Yote rapea en la segunda y más corta Usohachi, que más que complemento funciona más como un apéndice, o un epílogo a esta canción.
Probablemente la canción que más disfruté de este EP fue Gold Coat. La idea de agarrar una misma melodía y pasarla por múltiples “escenarios” (léase: conjunto de instrumentales) me pareció maravillosa. Por ejemplo, compara las siguientes partes de la canción:
- 0:14 - 0:59
- 1:01 - 1:42
- 1:43 - 2:09
- 2:24 - 2:51
Luego se repiten un poco estas partes (y se va formando la estructura de la canción en el proceso), pero la idea base me pareció creativa.
Sin embargo, lo que más aprecio de este EP no es la estructura (la cual es bastante directa), sino las sutilezas de la producción, y el intricado diseño de sonido al que se tuvo que someter el autor para su creación: percusión que tranquilamente podría ser usada como textura para una canción de tres minutos; coros angelicales de voces que desaparecen más pronto de lo que se llegan. Como concepto de idea, me encantó; sin embargo, creo que falto cohesión en cuanto al tono. Dos ejemplos cortos de esto:
- El preludio de la primera canción, Xiangjiao, tiene un sabor salado, pero el desarrollo es lo más agridulce (de esperarse de Iglooghost). Quizá esto se puede interpretar como un intento por sublimar las expectativas del oyente, pero creo que no salió muy bien.
- La delicadeza de Gold Coat se tira al tacho en la transición con la última canción, Peach Rift, la cual es de las más agresivas del álbum, con láseres como percusión y unas líneas de bajo maravillosas que subyacen por debajo.
En cuanto a creatividad en el apartado de diseño de sonido, de lo mejor del 2015; en cuanto a unidad como álbum, bajito.